C.5:¿Porque pensabas eso?

Justin rió y seguidamente entramos. Al poco rato llegaron Chaz, Cait y la pequeña Aeryn, una dulce niña de un mes o dos de vida, rubia con los ojos azules. Extraño sí, ya que Chaz es moreno con los ojos castaños y Cait igual, pero según ella la preciosa Aeryn había salido a su abuela y por eso Cait le puso ese nombre. Aeryn.

-Hola a todos(:-dio la bienvenida Cait.

-Colegas;)-chocó las manos Chaz con mi hermano y Justin. Con mi padre no se atrevió, porque sabia que le parecía del todo vulgar y grotesco.

Increíble, pensé. Ya teníamos mas de 20 años y ellos seguían chocando las manos de esa forma, como si de adolescentes se tratara; pero eso me encantaba. Cuando estaban juntos eran como niños.

Cait se acercó y me dió dos besos, me tendió a la pequeña Aeryn y yo la tomé fascinada. Era tan chiquitita, y sus manos...Oh sus manos, eran enanas, muy pequeñas. Era deslumbrante como algo tan pequeño pueda estar vivo, funcionar y como esa cosa tan diminuto pudiera crecer y volverse una mujer de pies a cabeza.

Era el momento; era el momento de que mi hermano, Jazz, Justin y yo anunciáramos lo que esperábamos anunciar con alegría.

-Papa, mama.-los miré.-Cait, Chaz.-también los miré, cogí fuerzas y dije mirando a mi madre con los ojos llorosos.-Seras abuela.

Mi madre quedo completamente impactada.- ¿Que?Repitemelo, por favor.

-Mamá, vas a ser abuela:)-repetí.

-¡Ah!-mi madre grito emocionada, se echó a mis brazos y seguidamente, una lagrima recorrió sus coloradas mejillas.

-Mamá no llores. Cualquiera pensaría que se trata de una desgracia.-bromeé.

-¿Una desgracia? ¡No me seas tonta, hija! Es lo mejor que me podrías decir, cariño.

Mi hermano le colocó la mano sobre el hombro y puntualizó.-Mamá, no es la única buena noticia.

-Vale, vale. Esperate.- Me soltó, se enjugo las lagrimas con los puños de su chaqueta; se puso bien la americana, suspiró, se giro y finalmente sonrió.-Dime hijo.

-Jazz y yo...

-¿Jazz y tu...?

-¡Nos vamos a casar!-gritó mi hermano.

-¡Dios! ¡Ah,Ah!- Ya esta, eso fue lo último que mi madre necesitaba oír para volverse loca. Comenzó a llorar como una magdalena, a gritar , a saltar y a dar brincos como una niña pequeña. Nunca, nunca y cuando digo nunca es nunca, había visto a mi madre así de contenta.

Agradecerle a una madre todo lo que ha hecho por ti, en nuestro caso por mi hermano y por mi, con un gesto; era algo realmente precioso. Y eso, era lo que acabábamos de hacer mi hermano y yo.

Estuvimos toda la tarde hablando y riendo, finalmente todos se fueron y me quedé con Justin.

-Todo ha sido un éxito.-dije sentándome en el perfil de la cama.

-Claro que lo ha sido.-me empezó a besar la espalda.

-¿Que haremos?

Paró de súbito y dudo extrañado.- ¿A que te refieres?

-Cuando empiece la gira estaré embarazada.

-¿Y que? Te vendrás conmigo, aunque no puedas bailar, ¿no?

-Claro.-sonreí.-que tonta que soy...-Algo raro había pasado, estaba fingiendo. Noté como lo hacía, y nunca había fingido con Justin. Siempre era sincera con el, pero esta vez no estaba del todo segura de creer mis palabras.

-Vamos a la cama.-me besó la mejilla y bajo por mi cuello.

-Estoy cansada Justin.

-Vale, como quieras.-me abrazó y se puso a dormir.

Yo también me tumbé, pero me sentía extraña. Pude dormirme, pero no antes de que mi cabeza diera mil vueltas a la idea de que había fingido con él, de que no había sido sincera.

A la mañana siguiente, me desperté y Justin no estaba en la cama, ni en la cocina. No estaba. Se había ido. Pronto encontré una nota en la encimera:

Cariño, Scooter me ha llamado esta mañana y me ha pedido que fuera rápido a su despacho. Por lo visto tiene algo que contarme. Nos vemos allí.

Justin.

Vale, amor.-pensé.- Me puse el desayuno y me vestí. Me puse unos pantalones rojos, una camiseta básica blanca, una americana ceñida de color gris oscuro y unos botines de tela negra. Cogí el bolso y me fui.

Cuando llegué, me encontré a Jazz.

-Hola, ¿Que tal?

-Muy bien, ¿Y tu?

-También. ¿Has visto a Justin?

-Sí, ha entrado con Daniel y un montón de gente mas en el despacho de Scooter.

-¿Aún están dentro?

-Sí, creo que sí.

-Voy a mirar.

-Vale, te espero aquí.

-De acuerdo, ahora vengo.

Fui hacía el despacho de Scooter y miré por el cristal de la puerta; los vi en una reunión. Busqué a Justin con la mirada y lo vi sentado al lado de una mujer, que no conocía. Nunca la había visto. Debía ser nueva.

La miré con detenimiento. Era de la estatura de Justin, y era extremadamente delgada. Tenía el pelo rubio dorado y unos ojos verdes preciosos. Una fina cara, los pómulos recalcados, unos labios carnosos y una sonrisa muy bonita, unos dientes perfectamente puestos . Era muy guapa y atractiva. Sentí celos. Era mas guapa de lo que yo nunca podría serlo y parecía caída del cielo.

Entonces, ella se acercó a Justin y le dijo algo al oído. Por su forma de mover la boca, sabía con toda la seguridad que estaba coqueteando, y por como Justin la miro y le sonrió, parecía que le estaba siguiendo el juego.

Puta.-pensé celosa.- Me fui, no quería ver mas. No quería ver a esa zorra, en la piel de una Barbie, coqueteando con mi marido. No lo podría aguantar. ¿La solución? Irse, ya que si estaba mas rato y veía algo mas, sabía con la total seguridad que entraría en la sala, interrumpiría la reunión y sin escrúpulos, mataría a esa puta pija.

Cuando hube vuelto con Jazz, nos fuimos a tomar algo a la cafetería.

-Anabel, te veo rara. ¿Que te pasa?

-Nada, tonterías.-suspiré.

-No son tonterías. Estas como desconectada y triste, algo te debe pasar. Cuéntamelo, si puedo te ayudaré.

-Vale. Haber como te lo explico.-pensé la forma de decírselo y por fin hablé.- Si una mujer guapísima, se acercará a Daniel y le dijera algo al oído coqueteando y él le siguiera el rollo, ¿Que harías?

Jazz me miró patidifusa, no entendía porque le contaba eso y me interrogó asustada.- Esto no será cierto, ¿no? No será Daniel de verdad, ¿no?

Mierda.-pensé.- Jazz se había pensado que le hablaba en serio y que Daniel estaba tonteando con otra.- No cariño, tranquila no es el.

Suspiró aliviada.-Menos mal, me había asustado. ¿Y entonces si no es Daniel, quien e...?- de repente, se quedó callado, lo que significaba que lo había entendido y que sabia de quien realmente estaba hablando.- Anabel...-no sabía como reaccionar.-¿No me digas que es Justin?

-Sí.-dije apenada. Aún no sabía como me lo tenía que tomar.

-Haber, tranquilas. ¿Que has visto? Porque quizás estamos haciendo un mundo de un grano de arena sin significado alguno, ¿vale? No nos alteremos. ¿Que has visto exactamente?

-Bueno, haber...-respiré hondo y me tranquilicé.- Cuando he ido haber si ya habían acabado, he mirado por el cristal y he visto a una tía, acercándose a Justin y que le ha dicho algo al oído y el sonrió como tonteando....

-Entiendo. Haber, quizás es una tontería, ¿vale? No sabemos que le ha dicho, ni si él estaba tonteando.

-Pero Jazz, cuando te lo he dicho poniendo el nombre de Daniel, te me has derrumbado; lo que significa que si hubiera sido él, te lo hubieras tomado muy mal y le hubieras dado importancia.

-Sí, pero es porque aún no nos hemos casado.

-¿Y eso que tiene que ver?

-Haber, tu ya estas casada con él des de hace tiempo y sabes que te quiere. Pero Daniel ha tardado muchísimo tiempo en pedírmelo y llevo todo este tiempo pensando que quizás no lo tenía claro y que no me quería lo suficiente como para casarnos, ¿entiendes?

-Pero Jazz mi hermano te quiere de verdad. ¿Porque pensabas eso, tonta?

-Porque Justin no dudo en pedírtelo ni un segundo, y sabía lo que eso significaba. Sabía que iban a cambiar cosas y que nada sería lo mismo. Sabía lo que significaba casarse contigo y aún eso no dudo. Daniel sí, llevaba dudando todo este tiempo.

-¿Que podía significar casarse conmigo?

-Lo sabes muy bien. Empiezan a hablar de ti todo el tiempo, de tus peleas, cuando sales o cuando no. Cualquier movimiento, cualquier cosa que hagas significa una exclusiva y un montón de paparaccis todo el tiempo persiguiéndote. Sabía que acabaríais teniendo un hijo, aunque pueda ser el final de su carrera, y todo lo que el matrimonio conlleva cuando estas casada con una persona normal y corriente, y eres una estrella mundialmente reconocida.

-¿Porque un hijo puede acabar con su carrera?

-Porque es mucha responsabilidad, un hijo, las giras, los discos etc. ¿por?

-Por nada.

-No te preocupes, ¿vale? A Justin le dará todo igual mientras que estáis bien tu y el niño. Así que tranquila.

-Lo sé, lo sé.

-Bueno, ¿Porque no volvemos? Quizás ya han acabado.

-Sí, mejor.

Volvimos a los estudios y cuando entramos, vimos a Justin y a la chica nueva, hablando amigablemente.

Justin me vio.- Hola cariño.-me dio un beso rápido. Como si no quisiera que la chica viera que me lo había dado.

-Hola...-mire recelosa a la mujer.

-¿No nos vas a presentar, Justin?

-Por supuesto.-rió.-_______, Rebecca; Rebecca, ______.

-Encantada.-me estrechó la mano fuertemente y me miro desafiante.

-Igualmente.-Si algo me había enseñado el ser mujer de una estrella, era poner buena cara y ser cordial, aunque quisieras descuartizar a la persona que tenías delante. Así lo hice, le puse una de mis mejores sonrisas fingidas y presenté a mi amiga.- Rebecca, esta es Jazz.

-Encantada.-también le estrechó la mano a Jazz.

-Bueno Rebecca, cuéntame;¿Que haces por aquí?

-Bueno, soy nueva. Soy la nueva estilista particular de Justin, a partir de hoy me encargare de su estilismo y vestuario.-Miró a Justin y le sonrió.

-Pues, que bien. Me alegro. Aunque será difícil que superes al antiguo estilista, Bryan, era el mejor de todos.-intenté dejarla en evidencia. Justin me miró como preguntándose: ”¿A que viene eso?”

-Bueno, lo intentaré. Aunque no dudo que sera difícil.

-No lo dudes; nunca.

Justin carraspeó; el ambiente empezaba a ser tenso.-Bueno... Que tal si dejamos esta conversación para otro día, Rebecca y yo nos tenemos que ir.

-Vale, vida.-me acerqué a él y le besé apasionadamente. Rebecca achantó la cabeza. Esta vez había ganado yo.

Se alejaron y Jazz me felicitó.-Un poco descarado, pero ha sido perfecto.

-Sí no ha estado mal. Por lo menos esa zorra sabe como las gasto.-reímos.

Nos fuimos a la sala de ensayos a ensayar durante toda la mañana.

De mientras, Rebecca y Justin estaban en los vestidores. Rebecca estaba rebuscando y mirando en el vestidor, para ver que estilo había exigido el antiguo estilista. Justin estaba sentado en una silla acolchada.

-Creo, que no le caigo muy bien a tu mujer.

-No digas eso. ¿Lo dices por el comentario de antes?

-Sí, lo digo por el comentario de antes. Parece que no le ha hecho mucha gracia que trabaje contigo.

-No es eso. Es solo que ______ estaba muy unida a Ryan.

-¿Eran amantes?

-¿Perdona?¡No! Eran muy amigos, pero amantes no.

-Lo siento. Es que no creo en la amistad entre un hombre y una mujer, sobretodo si alguna de las dos partes esta casada.