Cap.19: Todo pasa y todo se va.

-Pues perdona que te diga, pero tengo mejores cosas que hacer, me da igual que vengas para aquí y...-pensé lo que iba a decir pero no encontraba ninguna razón contradictoria para el primer punto.-Bueno, sí, sí que eres encantador.-sonreí tímidamente.

-Ves, no tienes excusas para no mover tu culo fuera de casa conmigo.-reí, pero no contesté.-Vamos_______, tienes que salir conmigo hoy.

-Pero no me apetece salir hoy.-protesté.

-Me dijiste que hoy quedabas conmigo.-lo dijo triste.

-Sí, pero he cambiado de idea.

-Bueno si no sales de tu casa, tendré que entrar yo.

-No te abriré, estoy horrorosa.-contesté divertida.

-Vamos _______, tú siempre estás preciosa.

De pronto alguien tocó al timbre de mi casa y yo fui a abrir.

Era Jake, así que colgué.

-Si que has llegado pronto.-reí.

-Te dije que estaba viniendo.-sonrió.-¿Así que no quieres salir hoy?

-No, no hay ganas.

-Pues mal hecho. Me prometiste salir conmigo hoy.

-No sé, no hace día de salir.

-Eso son excusas.-rió.

-Quizás.

-Pues no, conmigo no tienes que poner excusas.¿Quieres que venga otro día?

-No, solamente quiero no salir. Estar en casa tumbada en el sofá todo el día.-reí.

-Pues entonces nos quedamos y ya esta.

-Vale.-le abrí un poco más la puerta y él entró.

Estuvimos toda el día hablando y viendo películas. Me sentía bien a su lado. A lo largo del día, recordé todo lo que habíamos pasado juntos, no eran una cantidad enorme de momentos, porque por desgracia de la vida, cada vez que lo veía solo era por un tiempo. Pero eran buenos recuerdos. Muy buenos, ciertamente.

Me había ayudado cada vez que había pasado tiempo con él. Me sentía inútil a su lado en ese justo momento. Inútil de no haberle buscado, inútil de no haberle llamado yo. Inútil por todo y por nada.

La barriga me empezó a rugir y sentí mucha hambre.

-¿Tienes hambre?-le pegunté.

Estábamos sentados en el sofá, yo medio acurrucada a él, mientra que veíamos una película y hablábamos.

-Sí, un poco.-respondió.-¿Tienes tú hambre?

-Sí.-reconocí, la verdad es que me iba a morir del hambre que tenía.-Pues si quieres...-paró y pensó.-Podemos pedir unas pizzas o algo.-respondió.

-¿No me vas a cocinar tú?

-Ni de coña.-respondió seco.

-¿Por qué?

-Porque soy un desastre en la cocina.

-Si no se prueba no se aprende.-respondí yo con una mueca sonriente en la cara.

-Pídeme cualquier otra cosa menos eso.-me suplicó.

-Mm...-pensé agarrándome la barbilla con la mano y fingiendo pensar.-No, me parece que es mejor que te enseñe a hacer pizza.

-¿Por qué?-protestó remolón.

-Porque no es normal que se te de mal hasta esto.-le miré con detenimiento. No podía hablar en serio cuando decía que no sabía hacer una misera pizza.

-En serio, no sé.-repitió.

-Pues te enseño ahora mismo.-le dije entusiasmada.

Jake resopló y me miró angustiado.

-En la nevera hay masa hecha de pizza, ya puedes ir desfilando.-le empujé un poco, para que caminara.

Jake se dirigió a la nevera y atrapó una de las masas de pizza que había esperándole.

-¿Que más?-me preguntó.

-Ahora, coges el tomate frito y lo untas.-yo había dejado un bote de tomate frito sobre la encimera y el lo untó sobre la rígida masa.-Vale, bien. Ahora busca el atún, el jamón dulce, la mozzarella, las aceitunas rellenas y no sé, ¿que quieres echarle más?

-No sé, como tu quieras.-respondió indiferente.

-Pues yo creo que ya esta, si quieres después le podemos poner pepperoni.

-Vale, a mi me parece bien mientras que se pueda comer.-reí al oír aquello.

-¿Y ahora qué señora chef?-bromeó.

-Pues tienes que poner como te de la gana todos los ingredientes, menos las aceitunas y el orégano.

-Haber...-puso todos los ingredientes en la masa de la pizza y los esparció uniformemente.-¿Así?-me sonrió y esperó que yo contestara.

-Sí, así.-respondí.

-¿Sabes qué? Creo que te falta algo.

-¿Me falta algo?-pregunté extrañada.-¿Qué me falta?

Jake en un autoreflejo, cogió un poco de tomate y me manchó la nariz.

-¡Que asco! Parate Jake.-le grité.

-Es que así estás mucho mejor.

-¿No decías que yo ya estaba guapa siempre?

-Sí, pero así tienes un toque más rojizo y 'atomatado'-rió.

-A mi no me hace ni puta gracia.-resoplé.

-Pues a mi sí.-rompió a carcajadas.

No me pude resistir, cogí el bote de tomate y le unté toda mi mano en su rostro.

-¿Te has atrevido a hacer eso?-me miró paralizado, estaba como amenazándome. Pero yo sabía que estaba bromeando.

Se tiró encima mío y empezó a pringarme toda la cara de tomate. A medida que me resistía, él me agarraba más fuerte y me manchaba más. Empecé a reírme y caí al suelo mientras que me descojonaba. Jake se sentó al lado y me siguió de carcajada en carcajada. El teléfono empezó a omitir su sonido habitual y yo me intenté levantar. Jake me agarró por la cadera, resistiéndome hacia abajo.

-Jake, dejame levantarme.-seguía riéndome. Cogí el teléfono mientras que decía.- Para Jake, dejame.-y me reí.

Justin a la otra línea se quedó helado, como una piedra.-¿Jake? ¿Esta ahí Jake?

Miré al reloj de reojo y pude ver que eran las once y media. Mi reacción fue ponerme seria y puse una mueca de tristeza. Sabía lo que iba a pasar ahora y tenía miedo a su reacción.

-Sí, está aquí.

Justin cogió una bocanada de aire. Pude notar como metía el aire en sus pulmones y lo expulsaba pausadamente por la boca. Estaba intentando mantener el control y no perder los papeles.-______, ¿Qué hace ahí?-me preguntó brusco. Su plan de controlarse no había funcionado.

-Esta cenando aquí.

-Muy bonito.-respondió.

-Es tu primo, Justin.-le dije exaltada.

-Sí, pero también fue uno de los que nos separó en el pasado.-me gritó.

-Eso fue hace mucho tiempo, yo no estaba casada contigo. Ni siquiera estaba contigo.-mi voz se quebró.

-Pero podría volver a pasar.-repitió.

-Esto es diferente.

-¿En qué?

-Pues que ahora te quiero más que nunca y nunca podría hacerte daño.-respondí mientras que mi voz se aflojaba de intensidad.

Justin paró en seco, respiró hondo. Había montado una escena y la había cagado.-Tranquila, da igual. Dejalo, hoy he tenido un día malo y me he puesto de los nervios. Lo siento.-me imploró arrepentido.

-Tranquilo, mañana me llamas, ¿vale?-le pedí. No quería enfadarme con Justin, ni ahora ni nunca más.

-Vale cariño, te quiero.

En parte me gustaba que se pusiera celoso y dominante, ya que significaba que le importaba algo. Pero noté que quizás un poco de razón llevaba.

-¿Era Justin?-me preguntó preocupado, inmediatamente después de que yo colgara.

-Sí.-respondí.

-No pareces contenta y por la conversación...-le interrumpí y no le dejé acabar. Sus palabras me pesaban en los oídos.

-Jake callate. No necesito tu opinión.-estaba mal.

-Bueno, como quieras.-bajó la mirada. Pero no se rindió.-¿Comemos?

-La pizza aún no está hecha.-respondí.

-Pues hay que ponerla en el horno.-me sonrió entusiasta.

Pusimos la pizza en el horno y esperamos a que estuviera hecha. Me había gustado la reacción de Jake ante mi respuesta borde. Noté que lo tendría ahí, que aunque le contestase lo tendría. No sé, le estaba poniendo en prueba. Haber cuanto aguantaba...

*****************************************************************

Aquí os dejo el capítulo 20(: Espero que os guste muchísimo<3

+10coments.