-¿Sí?
-Papa.-me alegré al oír su voz. Siempre que le oía me pasaba lo mismo.
-Cariño, ¿que tal?
-Muy bien ¿y vosotros?
-Aquí. Bien también. Preparando las maletas. ¿Vendréis a despedirnos?
-Sí, para eso te llamaba...
-Dime cariño.-me interrumpió.
-¿A que hora salís?
-Dentro de nada nos vamos. Estamos acabando de hacer las maletas y de prepararnos, ¿por?
-Porque si queréis os llevamos nosotros en vez de que coger un taxi.¿Te parece bien?
-Vale, perfecto.
-Bueno, pues nos vestimos y vamos para allí. Adiós papa.
-Hasta ahora, cielo.
Colgué.
-¿A que hora es al final?-me preguntó Justin curioso.
-Vete preparando, dice que dentro de nada van. Me he prestado a llevarles, ¿vale?
-Vale.-dijo contento.
Nos preparamos Justin y yo rápidamente y salimos con el coche en dirección al hotel donde se alojaban mis padres.
Cuando llegamos, aparcamos el coche y fuimos hacia la recepción. La recepción estaba ambientada en la época clásica; todas las paredes estaban pintadas de tonalidades marrones, veiges y blancas marfil. Había muchísimos cuadros colgados, la mayoría de paisajes, al igual que muchos tiestos con plantas altas y voluminosas. Había una moqueta de color rojo y figuras griegas de mujeres y hombres desnudos.
-¿En que puedo ayudarles?- nos preguntó educadamente la recepcionista. Se trataba de una chica pelirroja, con el pelo largo y rizado. Ojos verdes, mejillas coloradas y labios gruesos. Voz dulce y mirada risueña.
-Venimos a ver a ______________(nombre de tu madre y padre)-dije.
-Esperen un momento.-miro a la pantalla de su ordenador, tecleo los nombres y nos informó.-Van a desalojar el hotel hoy mismo. Es la...-echó una ultima miradita a la pantalla.-planta 5, habitación 205.
-De acuerdo. Gracias.-sonrió Justin.
Dejamos atrás la recepción y caminamos hacia los ascensores. La luz verde se encendió en uno de ellos y se abrieron las puertas. Subimos en él y nos llevo hasta la planta 5.
Los pasillos eran de color veige, los suelos estaban con parquet y una moqueta blanca en el centro. Había cuadros en todas las paredes, señoras de la limpieza y camareros en todas las esquinas. Dimos unas cuantas vueltas, pero no lográbamos encontrar la habitación 205. Así que en cuanto vimos a una señora de la limpieza limpiando los cuadros, no dudamos en preguntarle.
-Disculpe,¿sabe donde esta la habitación 205?
-¿La 205?-asentimos.- Miren, todo recto y luego giren a la derecha, verán un tocador con unas rosas rojas, pues cerca esta la 205.-sonrió. Tenia las facciones dulces como si nunca se hubiera enfadado, como si nunca hubiera roto un plato.
-Gracias.-respondimos al unisono.
Cumplimos con las indicaciones a la perfección y al poco rato encontramos la habitación. Tocamos a la puerta y nos recibió mi padre. Cojeaba ligeramente mas de lo normal.
-Hola, papá.-le saludé y le di un fuerte abrazo.
-Cielo.-sonrió y dijo cuando yo ya estaba en sus brazos. Luego le solté y el saludó a Justin.
-Papá, ¿que le pasa a tu pierna?
-Ya sabes hija, cosas del tiempo. Hoy se ha levantado un poco hija de puta.
-¡Esa boca, cariño!-gritó mi madre des de dentro de la habitación.
Mi padre entornó los ojos, Justin y yo reímos.
-Pasad, anda pasad...-nos ofreció mi padre.
Entramos y nos sentamos en un pequeño sofá. Mis padres se habían alojado en una 'suite'. Justin y yo habíamos pagado el coste de ello. Lógico, ¿no?
Justin y mi padre se pusieron a hablar y yo me fui con mi madre a ayudarla a empaquetar lo poco que faltaba por meter en las maletas.
-Mamá, ¿te ayudo?
-Sí, porque tu padre por lo visto ha encontrado la excusa para no ayudarme.-refunfuñó.
Reí.-miralos, son tan ricos.- Ellos estaban sentados en el sofá, hablando amigablemente. Nunca me hubiera cansado de mirarlos.
Mi madre echó una mirada rápida.-Sí, hay que reconocer que así se ven muy ricos.-sonrió.
Ayudé a mi madre a acabar de hacer lo que quedaba y después, llamamos a unos mozos para que nos bajaran las maletas.
Poco después aparecieron por ahí, bajaron el equipaje hasta el garaje principal y lo metieron en el coche.
Justin conducía, yo me senté a su lado y mis padres detrás. En cuestión de media hora, llegamos al aeropuerto.
Hay algunas comodidades por ser familia de un famoso en los aeropuertos, una de ellas es que te saltas todo tipo de colas. Así que ahí estábamos, en frente de la puerta de embarque. Se irían y dios sabe cuando volvería a verlos.
Me daba pena, eran mi familia y estaban realmente lejos. Entre nosotros estaba casi toda España, Portugal, y el extenso y azulado mar Atlántico. 22.300 Km. Esos eran los kilómetros que separaban España de Canadá. Eso sin contar algunos por ahí perdidos. Demasiada, demasiada distancia para dos personas esenciales en mi vida.
Justin miró los tickets y pudo ver que el avión salía dentro de 10 minutos.
-Bueno...-suspiró mi madre.-Creo que debemos empezar con las despedidas.-aclaró apenada.
-Cuidate cariño mio.-me abrazó fuerte.-Cuida de ti, cuida al bebé, cuida a Justin...
-Ya sé mamá. Siempre les cuidaré.- de los ojos me empezaron a regalimar lagrimas.
-Sobretodo nunca nos olvides, aunque estemos lejos estamos para lo que sea,¿vale?-sonreí.-Te quiero, hija mía. No llegas a imaginar cuanto.
Mi padre se despidió de Justin.-Bueno, Justin cuida de _______, ¿vale? Y también del próximo bebé. Te sera difícil al principio, sera una sensación nueva pero te aseguro que ese bebé se convertirá realmente en todo lo importante de tu vida. Te lo aseguro.-Justin se emocionó, no contaba los días que faltaban para que naciera. Eran muchos, podía pasar cualquier cosa. Pero el ya quería que pasaran nueve meses, que pudiera sostenerlo entre sus brazos y mirarlo embobado.
Mi padre le dio un abrazo a Justin.- Nunca me he arrepentido de que _______ acabará contigo.-sonrió.
Mi padre nunca le había dicho eso a Justin, la verdad es que nunca había expresado lo que pensaba de nuestro enlace ni siquiera el día de nuestra boda. Nunca me había dicho si pensaba que era él adecuado para mi, si le caía bien y era buen chico, si creía que sería feliz a su lado. Supongo que me dejo elegir a mi.¿Elegí bien? Por ahora creo que sí, estoy segurisima de que sí. Y deseo, llegar a ser mayor, a ser abuela, sentarme alrededor de la chimenea con mis nietos y no cansarme de contar esta historia, la historia de mi vida. Sonar repetitiva y que mis nietos me digan algo así como 'Otra vez abuela...' y refunfuñan. Pero me hará feliz, aunque no me escuchen, porque estaré contando la historia de quien cambio mi vida, porque seguiré al lado del hombre al que he amado siempre y entonces podré morir en paz.
Al acabar de despedirme de mi madre, fui hacía mi padre. Le abracé muy fuerte.
-Cuidate papá. Cuida a esa pierna cabrona,¿harás el favor?
-¿Harás tu el favor de seguir así de feliz? Porque entonces prometo mimar mi pierna hasta el último de mis días.
Reí, me gustó escuchar aquello. No quería soltarle, llevaba demasiado tiempo sin él.
-Te quiero papá.
Mi padre sonrió por sus adentros, acercó los labios a mi oído y susurró.-Yo también te quiero._______ me siento realmente orgulloso de ti.
En ese momento se me saltó una lagrima. Era una sensación rara, extraña. Lloraba de felicidad porque me había pronunciado esas palabras, pero a la vez era tristeza por dejarlo ir, porque se iba.
Mi madre abrazó a Justin.-Como no la cuides bien, te mato.¿entendido?-Justin rió.- En serio, Justin como me entere de que no mimas mucho ni a mi hija ni a mi nieto, vengo aquí y te enteras.-mi madre intentó parecer dura. Pero sentía debilidad por Justin. Ella no sabía porque, pero ese chico de ojos marrones miel le inspiraba tranquilidad, confianza, y sabía que jamás le iba a fallar.
-Cuidate ________. Prometo que la cuidaré. Seré su sombra si hace falta.-¿Cumpliría Justin su promesa?
-Mas te vale.-rió mi madre.
Mis padres desaparecieron por la puerta de embarqué, mi madre de vez en cuando miraba para atrás y nos veía a Justin y a mi cogidos de la mano.
Regresamos a casa. Por la tarde tendría que ir al médico, así que comimos. Justin preparó una ensalada de pasta y bistec de carne. Ligero, no teníamos mucha hambre.
-______, esta tarde no podré ir contigo a la radiografía.-anunció él.
-¿No vas a poder venir?¿Porque?
-Tengo otra reunión con Scooter esta tarde.
-¡Justin es sábado!-dije furiosa agarrando con rabia la servilleta que estaba justo al lado de mi plato.
-¡_______ es importante!-gritó él.
Sabía que esto iba a acabar mal, pero es que quería que viniese. Me daba mucha rabia, estaba realmente furiosa. ¿No podía por hoy remplazarlo?¿Tan importante era?
Pero no quería enfadarme, no quería liar mas las cosas... Pero yo era tan y tan cabezota, que como de costumbre no me pude callar. Lo siento, no podía remediarlo. Era mi fuerte carácter y mi boca lo que me perdían algunas veces, en ocasiones. Mi abuela siempre me decía 'Fuerte de carácter y blanda de corazón' Sí, realmente tenía razón. Yo era muy dura, sencillamente un hueso duro de roer; necesitaba que me abriesen por capas, poco a poquito sin prisas y cuando lo habían conseguido, podía volverme a cerrar con facilidad. Podía echar todo a perder en un segundo. Supongo que yo era así, tan impredecible, tan espontanea. Había momentos en los que no me importaba nada y otros en los que me importaba todo o me preocupaba demasiado.
Mi abuela tenía toda la razón, me comportaba como la dura, la que siempre defendía todo lo que tenía, la que nunca decía nunca; pero en realidad era vulnerable, frágil y tenía un corazón muy grande y por eso, me afectaban mucho las cosas aunque no lo hiciera denotar.
-¿Mas que ir a ver a tu hijo?
-¡Es una ecografia! Es importante y me encantaría ir, pero tengo cosas que hacer.
-Vale, como quieras...-me iba a ir de la mesa y daría un fuerte portazo a la puerta de comedor, pero el me detuvo. Se levantó bruscamente de la silla, moviendo la mesa al levantarse. Todas las cosas se movieron y su baso se derramó dejando un charco de agua sobre la mesa. Me agarró fuertemente de la muñeca. Su fuerte brazo me impedía salir corriendo, desaparecer de esa habitación y volver a tener otro gran problema.
-No, por favor no te vayas.-me suplicó.
-¿Porque no iba a hacerlo? No quiero seguir discutiendo contigo.-le mire desafiante a los ojos. Creo que nunca le había mirado así. Tan llena de rabia, tan fría.
-Yo tampoco quiero seguir discutiendo pero tampoco quiero que te vayas.-achantó la mirada. Pude ver la tristeza en sus ojos antes de que los bajara y los perdiera mirando el suelo.
-Justin...-suspiré. El me interrumpió.
-_______ es una reunión importante y no puedo aplazarla.-aclaró.
Yo me acerqué a él, le di un beso en la mejilla y le miré a los ojos. Esos ojos miel, esa mirada...-No pasa nada. Dejame, estoy muy susceptible hoy. Ves a la reunión...Ya te contaré como ha ido el médico.-le sonreí, pero fue una sonrisa falsa y sabía que el se había dado cuenta; conocía demasiado bien mi sonrisa.
Me fui del comedor, cogí una chaqueta cualquiera del recibidor, abrí la puerta principal y me fui a dar un paseo. Mejor dicho a pensar.
Justin, al irme, cogió su servilleta y la estampo con mucha rabia acumulada sobre la mesa, poso sus codos en ella y hundió su cabeza en sus manos.
*********************************************************************************************
Bueno aquí os dejo el capítulo 9(: y aquí van unas preguntas:
¿Creeis que Justin deberia dejar colgado a Scooter?
¿Os parece normal como te lo has tomado, tu reacción?
¿Os parece tierno lo que le ha dicho tu padre a Justin?
¿ Os ha gustado el capítulo?
Por favor comentad, realmente necesito y me encanta vuestra opinión*-*
Todas las que leaís la novela, por favor un comentarioo(:
Todas las que leaís la novela, por favor un comentarioo(:
Aver te van a dar por culo enserio, por dos razones:
ResponderEliminar1.-Como nos dejas asi, tio?¬¬
2.- La gente se lee tu novela eso tenlo claro!
Te preocupas por nada tonti:$
Tu novela y a de la Nerea son las mejores y lo sabe no tienes porque dudarlo ni un segundo enserio, tequiero vale? y no te rayes por estas cosas tonti:/
Siempre ha sido aquella novela que me hizo soñar, y siempre lo seguira siendo♥
Me Encanta Marina! *-* Siguela pronto por favor! :D
ResponderEliminarBesoos :*