Cap.1: Talleres.

Estaba en mi casa aburrida. Completamente aburrida. Cogí mi portátil y me puse en Twitter. Estuve twiteando un rato y seguidamente encendí la televisión. Quedaba aún media hora, pero no tenía nada mejor que hacer. Mi móvil sonó. Alguien me había mandado un watsapp. Alargué el brazo hacia la mesilla que tenía justo al lado y lo cogí. Era Kevin.

-'Estas sola en tu casa?', me preguntó.

Reí al leerlo y le respondí, 'Va a empezar Xfactor, no me lo puedo perder'.

Molesto contestó,-'Ese puto programa otra vez?',

-'Kevin, sale mi hermano y no voy a perdérmelo', le respondí. '

-Bueno, puedo ir?'

-'No, porque los dos sabemos que no voy a poder verlo si vienes, porque me entretendré contigo, así que no.'

-'Joder, vamos Sky. Va que te quiero comer a besos', respondió.

Kevin era más mono...-'Después del programa te pasa por aquí, ¿vale?', le pedí.

-'Ok cariño' contestó.

Dejé mi móvil sobre la colcha, al lado de mis piernas. Anunciaron que en breves segundos empezaría el programa, así que alcé la voz de la tele.

Y entonces salió. Salió mi hermano cantando. Ojalá yo cantara así. Pero no, yo tenía que ser normal. No sé en verdad me jodía un poco. Pero bueno, así es la vida y realmente me alegraba por mi hermano. Me lo quería tanto, él era más que un hermano. Todo el mundo aplaudió, pero en cambio los jueces tomaron un veredicto diferente. Lo dejaron en espera.

-¿Qué?¿Que coño hacéis, gilipollas de mierda? ¿A que os reviento la cara?-empecé a gritarle a la televisión.-¡Qué a mi hermano nadie le chuta ni le pone en espera!

Si alguien me hubiera visto en ese momento, creo que hubiera flipado. Los jueces determinaron que tenían que hablar con él, y con un par de chicos más. Salió un tal Zayn y le dijeron lo mismo. La verdad, es que al escuchar su voz hubo algo que me estremeció por dentro. Era un sonido sensual, atractivo y cada vez que movía la boca para vocalizar sentía que la piel se me ponía de punta. Paró de cantar, y entonces me fije en sus cálidos ojos. Esos ojos, dios... esos ojos. Vi como de pronto se tornaron tristes, nublados al oír que también le habían puesto en espera.

-¿Y ahora a este también? ¿Pero que coño os pasa a vosotros hoy? ¡Tenéis el gusto en el puto culo! -grité con mucha furia dentro.

Dios, estaba que no podía. Os lo juro, si hubiera estado ahí, les hubiera partido la cara uno a uno, sin dejarme a ninguno de ellos.

Sabía que mi hermano no iba a salir más, así que apague la televisión muy cabreada. No podía aguantar seguir viendo la cara a los gilipollas de los jueces. De verdad, que rabia.

No llamé a Kevin tampoco, no me apetecía llamarlo. Estaba segura que le hablaría de mala leche, y no quería hacerlo. Como lo explico, Kevin era él. No era mi primer novio, pero si al que había querido más. O eso creía en esos momentos. Pero supongo que cuando estás con alguien, siempre te da la sensación que es al que has querido más y esas tonterías. No era muy romántica, yo. Era más bien de las que tomaba decisiones precipitadas, la que hacía las cosas sin pensar, la que cuando estaba con un chaval se dejaba llevar y todo acababa mal. Por lo menos, solía acabar mal. Con Kevin estaba durando bastante. Ya llevábamos cuatro meses, y eso para mi era como hablar del infinito.

Puse el equipo de música que tenía en mi habitación a toda leche y empecé a bailar descontroladamente. Sí, me dejaba llevar mucho por todo y estaba acostumbrada que fuera siempre así. Nunca era de otra forma. Era ya tarde cuando alguien tocó a la puerta. Bajé corriendo, sabía que era Louis. Así que fui corriendo y al abrir me tiré encima suyo. El me cogió y me abrazó.

-¡Joder, de aquí a nada Superman!-me dijo riéndose. Mi hermano siempre bromeaba con Superman, era como su superheroe favorito. Siempre decía que de mayor quería ser como él y así llevarse a la chica y salvar el mundo.

Sí, en verdad si te ponías a pensar era como un crio pequeño. Pero igualmente me encantaba. Era mi hermanito, el que siempre había estado ahí para todo y con la persona a la cual confiaba más en todo el planeta. Era mi superman particular, siempre que necesitaba ayudaba él venía a salvarme, por así decirlo.

Me bajé de él y le di dos besos.-¡En serio, son gilipollas!¡Tienen el puto gusto en el culo!- le exclamé enfurecida.

-¡Esa boca!-gritó molesta mi madre des del coche.

-Dejala.-dijo Louis.-Gracias.-me guiñó el ojo.-A mi me pareces adorable.-bromeo con voz femenina.

Reí. Siempre estaba bromeando y haciendo el tonto.

-En realidad tampoco me han echado.-aclaró.

-Ya lo sé, ¿pero que coño significa 'en espera'?- gesticulé las comillas con mis dedos en las palabras: en espera.

-Haber, que me han enviado a talleres.-explicó.

-¿Para? Tú no necesitas talleres.-dije molesta, muy molesta.

-Si me han enviado es que los necesito, ya esta.

-Pues yo no opino lo mismo.-repuse.

-Ya, tú nunca estás de acuerdo con los jueces.-río.

-Joder, es que son imbéciles. Yo haría mejor de juez que ellos.

-Seguro que ganaría yo siempre, y no sé...porque.-dijo gracioso.

-Ei, no te creas tanto.-entorné los ojos.

Louis rió. Entramos a casa y a la hora, cenamos. Había verdura y carne. Louis, como no, se lleno todo el plato de zanahoria cocida. Siempre pensé que tenía una obsesión. Quizás siendo conejo hubiera sido más feliz, no sé.

Cuando mi madre apareció con la olla llena de zanahorias, Louis bromeando empezó a dar saltitos y a gritar: 'Zanahorias, zanahorias, zanahorias.' Yo me me estaba descojonando con él, cuando de pronto me miró serio y me dijo.- Nunca te atreves a bromear con las zanahorias.-puso una sobre mi cuello intentando hacer como si fuera un cuchillo. Yo no paraba de reírme.

Varias horas después, me fui a dormir. Eran las doce y media cuando me metí en la cama. Antes, salí a mi terraza. Me encantaba salir a ahí de noche, perderme entre los ecos del silencio y la espesura de la oscuridad.

A la mañana siguiente, el sol alumbró de cara mis ojos. Refunfuñé un poco y me tapé otra vez con la manta. Jodiendo como siempre, sonó mi despertador. Me levanté remugando y me vestí. Sencilla, no tenía ganas de complicarme la vida. Unos shorts lilas, una camiseta blanca y una sudadera 'Adidas' negra con las rayas plateadas. A parte me calcé unas 'Supra' negras y blancas, con unos calcetines largos en plan calentadores.

Miré hacia la mesita de noche y vi una nota. Era de mi hermano.

'Fea hoy empiezo talleres, deseame suerte. Te quiero. Tu superman =)'

Reí, siempre estaba con esas tonterias. Era sin duda el mejor. Miré mi despertador, eran ya las ocho y media. Cogí pitando mi mochila, mi chaqueta, mi móvil y salí corriendo hacia abajo. No desayuné, porque no tenía ni hambre ni tiempo.

Fui escuchando música por el camino y bailando un poco. La mañana pasó aburrida como de costumbre, y a parte tuve una pequeña discusión con Kevin. Estaba molesto por no haberle llamado el día anterior después del programa, así que le dije que se viniera por la tarde a mi casa.

Louis llegó temprano y se sentó a esperar que vinieran los profesores. Al cabo de un rato, llegaron y se pusieron a explicarles de que tratarían los talleres. A Louis le tocó hacer grupo con unos cuantos chicos más. Él era el más mayor. Los demás tenían de entre dieciséis a dieciocho años. Se llevaron fenomenal des de el primer momento, Louis creía que eran muy simpáticos y majos.

Las clases terminaron, y yo me fui para mi casa. Estuve estudiando un rato, ya que al día siguiente tendría examen de Sociales. En mi casa hacía mucha calor, así que me quité mi sudadera. También me descalcé y me puse mis zapatillas para estar por casa.

Mi hermano llegó y yo aproveché a que bajaba para abajo para coger algo de picar y así le saludaba de paso y le preguntaba que tal le habían ido los putos talleres.

Bajé corriendo y lo vi entrando al comedor con alguien. No pude ver quien era, pero no me resultaba familiar su espalda. Entré en el comedor y vi a mi hermano enchufando la Xbox. No me di cuenta de la persona con el que iba acompañado, sólo me acerqué a él y le di un fuerte abrazo.

-Hola, Superman.-le guiñé el ojo y le di un beso fuerte en la mejilla.

-¿Que tal?-preguntó él animado. Supuse que había ido el día bastante bien. Le veía muy feliz.

Me fui para la cocina mientras seguía hablando con él.-Muy bien, ¿ dónde están mamá y papá?

-Han salido a cenar con unos amigos, así que hoy hago yo la cena.-anunció.

-Vale.-respondí.

Cogí un paquete de galletas de chocolate y volví al comedor. Entonces le vi. Era moreno, con los ojos marrones miel, el pelo negro peinado hacia arriba y una mirada atractiva y penetrante. Me puse delante de mi hermano.

-¿Qué tal los talleres?-pregunté.

-Muy bien.-respondió haciendo un poco el tonto. Nos han juntado a unos cuantos chavales más y a mi y vamos a probar a trabajar juntos.- Miré al chico y intenté recordar su nombre. Creo que era...¿Zayn? Sí, juraría que sí.

Estaban los dos sentados en el sofá y ese chico me miraba. Recorría sus preciosos ojos por mis piernas, ahora desnudas ya que los shorts lilas eran muy pero que muy cortos. Me puse nerviosa cuando me di cuenta de que me miraba.

-Me alegro mucho.-dije.-Bueno, me voy a arriba que tengo que acabar de hacer deberes.-no quería permanecer ahí, no si ese extraño chico seguía mirándome de esa manera.

-Vale.-respondió Louis.

Me fui para arriba y ese misterioso chico que ahora estaba sentado junto a mi hermano me seguía con la mirada. ¿Qué querría?

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Bueno, espero que os guste(: