C.3: Por ti y por él.

Entonces Justin dejo derrepente el papel y miro a la pantalla, sonrió como el dia de nuestra boda.

Empeze a sonreir. Me miró y también sonrio, volvio a mirar la pantalla y se le saltó una lagrima. Entonces le mire y empezé a llorar de felicidad por ver la vida que llevaba dentro y por ver el efecto que había creado sobre Justin.

-Puedo ver, que por ahora avanza favorablemente, dentro de un mes vuelva a venir, ¿vale?

-Si.-respondí aun con lagrimas en los ojos.

La doctora empezó a retirar el gel y a limpiar mi barriga. Me levanté, nos dio los informes y nos fuimos.

De camino a casa no dijimos nada. Ninguna palabra. Solo nos mirábamos y sonreíamos. Al llegar, entramos en casa y justo al entrar por la puerta, Justin me abrazó fuertemente y me besó.

-Eres la mejor, lo sabes ¿no?

-¿Mejor en que sentido?

-En todos y cada uno de los sentidos. Lo dejaría todo por ti.

-¿Y por el bebe?

-Por ti y por el.-puso su mano sobre mi vientre.- Lo dejaría todo. Nada es mas importante que vosotros para mi.

Le sonreí y le bese tan fuerte como si la vida me dependiera de ello. No podía soltarle, no ahora que lo tenía tan cerca. Mi adicción a él era inimaginablemente fuerte. Tenerlo entre mis brazos, poder besarle y abrazarle era el mejor regalo que la vida me podía dar. Era increíble como después de tanto tiempo, cuando podía hacer todo eso cada día, siguiese pareciéndome algo fascinante y precioso.

La gente, al cabo del tiempo, lo ve corriente, normal y no le da importancia. Pero yo, cada uno de los momentos en que estoy con el, cada uno de los abrazos que me regala y de los besos que me roba, son un regalo de los dioses. Por eso no me canso, no me canso de abrazarle y susurrarle al oído, por eso todo lo que me dice me parece un milagro. Simplemente porque surge de él, de la persona que con solo respirar me lo ofrece todo.

Mis besos se hacían mas y mas apasionados, la verdad es que no conseguían dejarlo libre. Deslizó sus brazos por mi espalda , los colocó en mi culo y me elevó. Yo entrelace mis piernas a su cuerpo y me deje llevar. Me empezó a subir por las escaleras, mientras que yo le iba besando y cuando llegamos a la habitación, me dejo suavemente encima de ella. Me paso la mano por la mejilla, acaricio mi piel y me susurró al oído.-Solo te necesito a ti.

Le seguí besando cada vez mas y mas fuerte. Bajé mis inocentes manos y busque su pantalón. Lo desabroché lentamente.

Paró en seco, me miro y me preguntó.-¿Y el bebe?

-No creo que le hagamos daño.

-¿Y si le hacemos daño?

-Confía en mi.-le susurré dulcemente.

Justin no pudo contener mas las ganas, me deseaba con todo su ser. Ya no pudimos parar...

Abrí los ojos y me vi envuelta en una luz resplandeciente, note como Justin tocaba mi vientre y no remedié en sonreír.

Me levanté, mire el reloj y salí de la habitación. Al salir note que tenia frío y volví a entrar en la habitación. Fui hacia el armario y cogí un jersey blanco.

Baje las escaleras y fui hacia la cocina, puse la cafetera y cogí el fijo de casa.

-¿Diga?

-¿Mama?

-Si, cariño ¿Que quieres vida?

-Justin y yo tenemos una noticia que daros.-dije ilusionada.

-¿A si, cual?

-No quiero decírtela por teléfono.

-Que mala que eres. Bueno, pues dime cuando nos la diréis.

-¿Podéis pasaros papá y tu por casa esta tarde?

-Si claro, cariño.¿Pero no trabajas?

-No, hoy tengo fiesta.

-Vale. Pues si, nos pasaremos.

-Vale, mamá. Te dejo que tengo que despertar al dormilón este. Te quiero.

-Vale, hija. Dile a Justin que no duerma tanto y dale un beso de nuestra parte. Yo también te quiero.

Colgué el teléfono y fui hacia arriba. Me coloqué a un lado de la cama y me puse de rodillas. Le di un beso en la frente y se despertó.

-¿Y ese beso?

-¿Es que ahora no puedo darte besos?

-Si, todos los que tu quieras.

-Eran de parte de mis padres.-le sonreí.

-Lo decía porque a mi me gusta que me los des en otro sitio los besos.

-¿A si? ¿Donde?

-¿En serio que no sabes donde?

-No. No se sabe.

-¿Ah, no se sabe? Pues ahora sabrás donde digo.

Justin me cogió de la cintura, me levantó y me puso encima de el. Me empece a reír y entonces me beso dulcemente.

-¿Ya sabes donde te digo?

-No, aun no me ha quedado claro.-reí.

-Pues no saldremos de la habitación hasta que te quedé bien claro.

-Bien, porque es lo que quiero*-*-

Nos empezamos a besar y no paramos hasta que Justin se levantó poco a poco y cogiéndome por los brazos, me fue bajando hacia la cocina.

-¿Porque no nos podemos quedar en casa?

-Porque tenemos que ensayar.

-Pero, ¿No podemos ir mas tarde?

-______, Scooter nos va a matar si llegamos tarde.

-Joder. No tengo ganas de salir, hace día de Domingo, no de Lunes.

-Cariño, sigo siendo cantante, sigues siendo mi bailarina y seguimos teniendo trabajo.

-Tienes razón.

Amaba mi trabajo, aunque había veces que preferiría pasar las horas en la cama con Justin, abrazada a él.

Seguía siendo bailarina en la gira de mi marido. Seguía apasionándome el baile después de tanto tiempo. Pero no solo hacía eso, había días que iba a un colegio a hacer clases de baile. Enseñaba a niños a bailar y a sentir la música. Lo malo era que, cuando Justin tenía una gira, no podía ir a enseñar a mis niños. Me encantaba ir a las gira y bailar junto a él, pero también me encantaba ir a la escuela a enseñar a mis niños el arte que me lo había dado todo. No solo me había dado la danza en sí, sino que gracias al baile había podido conocer a una de las personas mas maravillosas del mundo. A él. Se lo debía todo al baile, todo.

-Me subo a vestirme,¿vale?

-Espera que me bebo el café y subo contigo.-Cogió el baso y bebió todo su contenido corriendo.

Me sujeto por detrás y subió conmigo las escaleras mientras que me pellizcaba la barriga juguetonamente.

-¡Para! No me pellizques.-dije riendo.

-Te lo mereces.

-¿Por?

-Porque eres una tardona ¬¬'

Reí y salí corriendo las pocas escaleras que quedaban. Una vez dentro de la habitación, me vestí. Me puse una camiseta larga de color blanco, con una cabeza de un lobo dibujada en carbón. Un jersey de punto gris, holgado, de cuello y con una serie de agujeros. Unos pantalones azules pitillo y unas botas de tacón de aguja hasta los tobillos, también llamados botines, grisáceas y con un lazo en la parte superior de la caña. Únicamente un brazalete de varios aros de colores blancos, grises y negros, como adorno.

Salí de la habitación y Justin al verme me recriminó señalando mis zapatos.-¿Vas a ir con eso?

-Si,¿Que pasa?-pregunté extrañada.

-No sé si eso es lo mas adecuado para bailar vv'

-Es que quiero estar guapa.-le dije sonriendo.

El me cogió con fuerza y a la vez dulzura y añadió.- ¿Y para quien quieres estar guapa?

-Ah, no sé. Había pensado que quizás de camino a la sala de ensayos, me encontraría con un guapo y rico cantante de pop...-dije picarona.

-¿A si?¿En serio?

-Sí, si no voy guapa no se enamorará de mi...-le sonreí con malicia.

-Pues, creo que si se enamorase de ti, le importaría una mierda si llevaras tacones o no. Porque con solo tu bonita sonrisa, le hubieras dado todo.-me susurró al oído.

-Quizás, es que ya lo he encontrado...

-Seguramente.-poso sus labios sobre los míos y me besó.

-Para tu información tengo unas bambas en la sala, así no tengo que ir ya con unas bambas puestas y puedo ir con tacones.-le guiñé el ojo.

-okey, mi vida(:

Le dí un beso rápido, abrí la puerta y salí. Cogimos el coche y fuimos a ensayar.